jueves, 10 de marzo de 2011

"SUS NOMBRES FUERON ESCRITOS EN EL MAR"

A veces nos quedamos sin respuestas.
A veces solo un amargo silencio, piadoso y duro al mismo tiempo, es lo único que nos queda para afrontar momentos en los que nuestra actividad no nos permite terminar el día en nuestro puesto con la sonrisa y la tranquilidad de haber cumplido, de haber hecho todo lo que debíamos hacer y retirarnos de la playa a seguir con nuestras vidas.
Hay veces que nuestras vidas quedan metidas en un paréntesis impuesto por la realidad que imprevista y filosa se desencadena de repente y transforma, lo que era un día más de trabajo, en ése día de la temporada que, por desgracia,  nunca    olvidaremos.



"Un cuerpo era arrastrado por las olas"

El mar, en su perpetuo movimiento; la naturaleza en su misterioso ritmo de vida y muerte. Los hombres, las mujeres y los niños en su ir y venir constante de la arena al mar, desandando casi insensiblemente mil veces un camino  buscando lo que en definitiva vinieron a buscar: descanso, tranquilidad, el mar.

Vos y yo, compañero de mil rescates, observadores constantes del descanso de otros; observadores y custodios, porque para que muchos se den al placentero juego de descuidarse tranquilamente, algunos, nosotros, nos ponemos profesionalmente en la función de custodios de los que descansan.
Algunas veces no alcanza.
No alcanza porque este juego es así.


"Alguien  camina  sobre  esa  misma  arena  que  deja  
caer los últimos granos en su reloj inadvertidamente"





En la maravillosa y a la vez terrible aventura de la vida suceden cosas que a veces a los mortales nos resultan inexplicables. En razón de eso hay momentos en los que, como si se tratase de un guión. nos encontramos viviendo esos momentos en los cuales el tiempo, que trascurre como siempre, sin embargo pareciera detenerse. Todo a nuestro alrededor desaparece a pesar de que sabemos que ahí esta, que no se fue, y que pronto volverá a ser nuestro entorno de siempre.

Y así, hacemos lo que nuestra rutina profesional nos indica. Advertimos, corremos, nadamos, alcanzamos o no... 
La búsqueda. De víctima y respuestas.



Escribo con la mente y el espíritu en el mar, en las playas, en cada una de ellas, con cada uno de nosotros.
Podrán en el futuro repetirse  momentos similares. En todos ellos haremos lo mismo. Podremos evitar o no que ocurran desenlaces trágicos, solo Dios sabe.
Para todos aquellos cuyos nombres quedaron escritos en el mar, en esta temporada y a pesar de nuestros esfuerzos, para sus seres queridos, para vos que hiciste todo lo posible. 
En especial para nuestros compañeros que por ganarle una vida al mar entregaron la suya, para ellos en especial va este escrito,  para los guardavidas de ayer y de hoy que, también,  dejaron allí escritos sus nombres.






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